miércoles, 24 de junio de 2009

Con Beli y Amandio

Ponte das Febres(Situado en la etapa Tui-Porriño del Camino Portugues.


En esta ocasión, un lujo de compañía: Beli y Amandio o Amandio y Beli, que tanto monta, monta tanto, Beli como Amandio (dicho sin ninguna otra connotación que la oficial, la que tiene el famoso emblema de los R.C.).
El kilometraje de la "rutilla" en esta ocasión, sumo al final 39km. Habíamos partido desde la casa de Amandio situada en la parroquia de Quintenla(Pontellas-Porriño), para enlazar en las inmediaciones del rió Louro con una de las etapas del Camino Portugues (Tui-Porriño), en este caso en sentido contrario. A la llegada a Ponte das Febres, situado en dicha etapa y despues de un pequeño descanso, al comenzar la marcha de nuevo: CRASHHHH la cadena de mi "bici" se queja y dice que no puede mas. Fuera debido, o no, al lugar donde nos encontrábamos (en dicho lugar cuentan las crónicas que enfermo de fiebres el santo San Telmo, de ahí su nombre) el caso es que me encontraba acompañado con un virtuoso de la mecánica de "bicis" y no solo, pues el uso del famoso "troncha-cadenas" era una incógnita para mi, digo era, porque después de las sabias, doctas y magistrales lecciones del "virtuoso" el artilugio ha dejado de tener secretos para este analfabeto de la mecánica "bicicletera". Solucionado el incidente, reanudamos la marcha, continuando por la mencionada etapa en sentido contrario hacia casi el final(o mejor dicho el principio) de esta, para desde alli, encaminarnos por la misma vera del rio Miño hasta el "chiringuito" de Salceda. La ruta por la orilla del Miño, transcurre por una senda que en un principio, estaba recién limpiada de rastrojos y con un buen firme. Pero siendo acompañados por Amandio, la cosa no podía ir tan bien, con lo cual, cuando ya estábamos a punto de llegar al "chiringuito", nos hace abandonar la "AUTOPISTA" por la que transitábamos, desviándonos por un camino, no, por un camino no, por una vereda, donde las ortigas, zarzas y demás especies del reino vegetal autóctono, reinaban a sus anchas. Naturalmente si a alguien tenían que "embestir" semejantes "bestias", ese alguien eran: mis piernas y brazos, total que a la llegada al "chiringuito" mis piernas eran tal cual a las del ECCE HOMO.
Afortunadamente en el "chiringuito" estaban aprovisionados con el milagroso brebaje hecho a base de zumo de cebada, mano de santo, contra estas y otras malas hierbas autóctonas, un litro del el, es suficiente para una buena cura, aunque se aconseja que se siga tomando con asidiuidad, para reforzar sus valores curativos y preventivos contra otras muchas molestias.
Después de reposados y "curados" la vuelta a casa la hicimos por la carretera sin ningún otro incidente.
P.D. La foto es de archivo, la pereza y el olvido se llevan siempre bien.

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